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17 Prestarle al pobre
es como prestarle a Dios.
¡Y Dios siempre paga sus deudas!

18 Corrige a tu hijo
antes de que sea muy tarde;
no te hagas culpable de su muerte.

19 Quien fácilmente se enoja
sufrirá las consecuencias;
no tiene caso calmarlo,
pues se enciende más su enojo.

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